En la aldea
24 abril 2024

Joaquín Ortega, politólogo, analista, profesor universitario (Foto: Henry Delgado).

Joaquín Ortega:

“En Venezuela pasamos de una dictadura a una tiranía en medio de parrandas electorales”

Quien diseña la crisis, tiene igualmente la solución y premisas operativas consecuentes. En especial, la psicología política del venezolano la tienen mordida y saben cuándo darle a las audiencias con el garrote y cuándo mostrar la zanahoria. Mientras el país, psicosocialmente hablando, enfrenta el dilema de comer o morir de hambre; los migrantes venezolanos son el mejor ejemplo del arterismo social del comunismo, que muestra por el mundo sus cuerpos golpeados y sus sueños rotos por el socialismo real en carne y hueso; pero entre tanto haya dinero, sobrarán las excusas para el apoyo verbal y operativo. Venezuela vive una tragedia que solo tiene una razón de ser: Vivir de la explotación del país y de sus nacionales.

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Walter Molina Galdi | 22 abril 2021

Era el año 2011 todavía muchos venezolanos (la mayoría, tal vez), estaban embelesados con Hugo Chávez, sin saber que su proyecto, luego continuado por Nicolás Maduro, generaría una Emergencia Humanitaria Compleja, una migración forzada sin precedentes en la región y un régimen tiránico. Para ese año, yo estaba en mis primeros semestres en la Escuela de Estudios Políticos y Administrativos de la Universidad Central de Venezuela (UCV), en los cuales me tocó ver clases con Joaquín Ortega, alguien que ya advertía mucho de lo que hoy está pasando; no porque pueda ver el futuro, sino porque estudió el pasado y entendía el presente.

No sé si a Joaquín le agrada que le digan intelectual o si prefiere académico, pero ambas le quedan a la perfección, pues es un gran maestro y alguien que responde preguntas intentando ir más allá. Quisimos conversar con él para hablar de Venezuela, por supuesto, pero también de lo que está ocurriendo en el mundo.

-Hace un tiempo usted dijo que pasamos de un modelo de cooperación en convivencia a un modelo de subvención para la supervivencia, ¿cuál es el impacto real de eso?

-En ese momento se veía un esquema de mantenimiento del sistema político en el cual todos los actores principales accedían a la redistribución de los ingresos petroleros o de la coparticipación en los negocios públicos y privados. Allí veíamos un tapete conformado por tres grupos movibles y uno fijo. Los intercambiables o movibles eran: 1. Una oposición leal, 2. Una oposición pragmática o acomodaticiamente colaboradora, 3. Una oposición de agentes libres y, por supuesto, el eje directriz es el número 4. … es decir, el poder autoritario, quien les permite ese espacio existencial. En esos años (2002 a 2014) la tensión se fue distendiendo para cooptar otros actores a través de una compra de voluntades de figuras visibles, sean estos antiguos ex perseguidos políticos o económicos. La subvención implica financiar directamente a mis elegidos (si fuera yo el poder) convirtiéndolos en actores de una obra escrita y dirigida por mí mismo. En pocas palabras, soy una oposición condenada a la muerte, pero a la vez recibo el financiamiento para mantenerme viva.

“A mayor avance en la tecnología, menor percepción de la supervisión y menor percepción también de la pérdida de las libertades personales”

-Los análisis sobre la situación en Venezuela, todavía hoy 23 años después, siguen siendo muy variados. Hay quienes dicen que estamos frente a un Estado fallido, otros hablan de totalitarismo o inicios del mismo, están quienes hablan de autoritarismo e incluso quienes dicen que se trata de una democracia iliberal. Para usted, ¿qué estamos viviendo los venezolanos?

-Si algo hay que destacar es que el poder político venezolano es una mezcla de nuestra antropología e historia, así como de múltiples estilos políticos propios y foráneos: Bebemos del caciquismo criollo; del caudillismo político militarista latinoamericano; del populismo demagógico argentino; del personalismo político presidencialista caribeño; del constitucionalismo, y del decreto transformador grandilocuente iberoamericano. Todas esas etiquetas explican algunas partes del constructo, pero dejan de lado la integralidad de un modelo doble de transformación alterglobalizador anti-anglosajón y anti-judeocristiano: En primer lugar, luego de la caída del Muro de Berlín en 1989 se tiene claro que todo lo que se había perdido en la ex Unión Soviética había que recuperarlo y reconstruirlo desde Suramérica. Y en segundo lugar, China sabe que debe dar el golpe de gracia a Occidente abriéndose paso en su Nueva Ruta de la Seda, la llamada Belt And Road Initiative. Para ello puede financiar sin ningún tipo de contradicción ética a carteles delincuenciales, a terrorismos ideológicos o ejércitos de liberación ortodoxos. Ambos brazos alterglobalización y comercio sin competencias comparten un estilo en donde corrompen, compran y negocian por medio de poderes, blandos y fuertes, su preeminencia sobre el capitalismo anglosajón (o el equilibro de poder post Segunda Guerra Mundial) como lo hemos entendido. Para distinguir las distintas etiquetas (y tal vez notar los mismos efectos sobre el individuo y la sociedad) debemos recordar cuando Aristótelesdefinía a las tiranías como “monarquías despóticas”. El poder despótico también marca a las dictaduras, a los autoritarismos, a los totalitarismos. El asunto es el grado de control del Estado sobre la sociedad y el individuo. El concepto “iliberalismo” se ha puesto de moda, justamente desde Europa del Este, pero sospecho que busca más confundir al público común y a los intérpretes de la realidad, como si se tratase de una especie de neolengua. Antiliberal es más fácil de entender que iliberal, ya que en el fondo no son que más que métodos que buscan destruir las libertades, el equilibrio de poderes, el disenso y el cambio de poder con métodos supuestamente democráticos. En Venezuela pasamos de una dictadura a una tiranía en medio de parrandas electorales y el hecho de que no se nombre, o de que los métodos (y los supervisores) sean cada vez más imperceptibles, justamente habla del Upgrade del programa totalitario actual, de ese maridaje que se da entre tecnología y poder. A mayor avance en la tecnología, menor percepción de la supervisión y menor percepción también de la pérdida de las libertades personales. Para ejemplificar, se le adjudica a Toynbee una frase demoledora: “Stalin es un Atila con teléfono”. Hoy, el Partido Comunista chino es como un Mao con vigilancia digital total, en tiempo real.

-¿Estamos frente a una guerra híbrida desde el poder contra el pueblo, como ha desarrollado, por ejemplo, Georg Eickhoff?

-Las más recientes declaraciones en tu entrevista, así como los hilos en Twitter del profesor Eickhoff son una excelente compilación de ideas, conceptos y realidades que han venido haciendo visibles una serie de pensadores y analistas sobre el tema político venezolano. Toda esa corriente de disección y alerta confluyen de una manera muy bien sedimentada en su más reciente giro argumental. Pienso de manera no exhaustiva en analistas como Jan Ruml; Fredo Arias-King; Alberto Garrido; Aura Palermo; Federico Boccanera; Miguel Fontán; José Ricardo Thomas; Erik Del Búfalo; Víctor Maldonado; Jorge Rengifo; Leonard Reyes; Víctor Mijares; Martín Durán; Alberto Ray; Flor Izcaray; Daniel Lara Farías; Nehomar Hernández; Pedro Pedrosa, y Joseph Humire quienes algunas veces (haciendo mención directa o no de las obras del general Guerásimov o Mary Kaldor) van dando con las tácticas de una estrategia de control territorial de nueva generación. La guerra no es materia novedosa para los seres humanos y sus métodos cambian, dependiendo de cada avance histórico. Mucho de lo que se ha hecho en el campo electoral venezolano ya lo hacían los romanos contra poblaciones poco dóciles: eran los métodos de rezonificación y repoblación. Maquiavelo da cuenta de ello en sus Ensayos Políticos. Ya Venezuela ha sufrido de los actos de expulsión de personas de su territorio en modo desplazados o simplemente por la creación de miseria estructural en estados, pueblos o ciudades (todo esto incluso previamente probado con las alteraciones de los padrones electorales del Consejo Nacional Electoral). Como vemos, es una metodología que bebe de distintas tradiciones, fuentes y épocas, la cual se basa en la deconstrucción del país en cuadrantes para la activación de guerrillas, en la onda del post-maoísmo y que tan bien explicara Alberto Garrido. Desde la Cátedra Pío Tamayo el profesor Agustín Blanco Muñoz y en toda la colección “Testimonios Violentos” ha dibujado el estado de cosas que nos trajo hasta donde estamos. Por ejemplo, siempre resulta útil regresar a “Caudillo, Ejército, Pueblo” de Norberto Ceresole para entender cómo los municipios caraqueños funcionan desde finales de los años ’90 como guetos de la clase media y ahora como pequeños feudos de la nueva clase política y económica; incluso, el mismo J.R. Núñez Tenorio (de quienes pocos conocen su lado menos ideológico) llegó a exponer la tesis del trapecio, esto es: Dibujar un trapecio sobre Venezuela, aplicar un corte y todo lo que quedara fuera de esa forma geométrica sería entregado a los países anti-americanos, principalmente China y Rusia. Lo que hoy vemos como guerras de nueva generación sea probablemente una tesis diseñada en juegos de guerra soviéticos, de aquellos tiempos cuando Suharto en Indonesia y Betancourt en Venezuela resultaron ser sendos dolores de cabeza para los planes del Kremlin. Que en la obra de la profesora Mary KaldorNew Wars” estén pormenorizados los pasos de estas guerras de cuarta generación, híbridas o líquidas. Estudiar la guerra siempre es importante, pero también es importante ver quién se beneficia de este tipo de conflictos. En los últimos 10 años a cada nueva crisis en Venezuela juegan posición adelantada los proveedores de soluciones o los vendedores de espejitos para el país a ser vampirizado. Por poner un ejemplo al voleo, no me extrañaría que alguna empresa de prótesis humanas ya esté haciendo lobby para cualquier posible extensión o agudización de nuestra tragedia nacional; una tragedia que solo tiene una razón de ser: Vivir de la explotación del país y de sus nacionales. Claro está vivirán de los nacionales siempre y cuando seamos útiles, sino seremos empujados hacia otras fronteras, como quien arrima unos muebles pasados de moda, para traer unos nuevos al centro de la sala. Estudiar el Afganistán de los últimos 12 años o la frontera México norteamericana ayuda a comprender cómo extrañas simbiosis ideológicas, fundamentalistas y de crimen organizado pueden jugar a ser un aceitado bloque anti-occidente.

“La democracia debe ser más republicana y debe defenderse de los virus del autoritarismo” (Foto: Henry Delgado).

-Que el liderazgo político de la oposición no haya entendido toda esta situación a tiempo, o peor todavía, que incluso hoy no lo comprendan, ¿ha sido el gran error que han cometido?

-Todo se resume en ausencia de verticalidad, colaboracionismo, falta de miras de los responsables más altos, búsqueda y obtención de poderes económicos inmediatos… súmale infiltración de los partidos y su dirigencia. Los que pusieran la carne en el asador ya están exilados, presos o muertos. Sin duda, ha habido a partes iguales chapucería, negociación y entrega de cuadros pero, sobre todo, un vacío programático y en especial una ausencia total de la ética del liderazgo y la responsabilidad humana. Salvo honrosas excepciones que saltan a la vista, pocos son los líderes políticos que no llevan unas vidas cómodas por encima del promedio de cualquier venezolano trabajador. La destrucción de PDVSA y el aparato productivo nacional, el manejo poco transparente de la ayuda humanitaria, y de los activos en el exterior de la nación pone en el mismo nivel de enriquecimiento súbito tanto a funcionarios del oficialismo como a políticos opositores o saltimbanquis.

-Hay “alacranes”, gente de “la mesita”, “ambosladistas” y “opositores” que son incapaces de hablar mal de Maduro, para poder ser concejal, alcalde u obtener dos o tres gobernaciones que ceda el régimen. ¿Ya cayeron todas las caretas entonces?, ¿o todavía hay fichas del chavismo dentro de la oposición?

-Creo que una y otra son lo mismo, y la existencia de una oposición corrupta le sienta como anillo al dedo al poder político, así puedes señalarlos como lo que son en cualquier momento: vendedores de trailers. Te prometen una película que ni siquiera han filmado, mostrándote un teaser te seducen una y otra vez. Nada mejor que el enemigo sea pataruco: te desgastas menos y así también desmoralizas regularmente al ciudadano no corrompido. Internamente a las personas no les quedan más opciones que emigrar o calarse (a niveles de un nuevo siervo de la gleba) el estado actual de las cosas.

“El experimento conductista de disminuirnos por hambre, enfermedad, de privación de agua, luz y sueño lo han hecho con niveles de precisión de laboratorio”

-El chavismo, primero con Chávez pero sobre todo ahora con Maduro, ha sido experto en adaptarse a las situaciones con el objetivo primordial, que es mantener el poder. Siempre les ha jugado a favor el petro-rentismo para ello, pero ahora, con ingresos bastante mermados, han “abierto” la economía. Eso al final, ¿es positivo para ellos seguir controlando a la sociedad o les puede jugar en contra?

-El poder político sabe manejar muy bien los tiempos. Quien diseña la crisis, tiene igualmente la solución y premisas operativas consecuentes. En especial, la psicología política del venezolano la tienen mordida y saben cuándo darle a las audiencias con el garrote y cuándo mostrar la zanahoria. Todo el experimento conductista de disminuirnos por hambre, enfermedad, de privación de agua, luz y sueño lo han hecho con niveles de precisión de laboratorio. Invierten la pirámide de Maslow y solo persigues llenarte la barriga, antes que pensar. Antier fue un Dakazo, ayer fueron los foodtrucks, hoy son los bodegones, hace unas horas fue el mercado emocional de las medicinas y vacunas, mañana serán las criptomonedas o zonas de libre economía en lugares específicos; los oasis de libre mercado lo suficientemente alejados o fumigados de miseria visual. Todo es posible en una distopía caribeña en donde apenas tenemos dos estaciones al año y en donde el poder político tiene acceso a lo mejor de todos los mundos (oriente y occidente) para apalancarse en la represión y el control.

-La oposición, por el contrario, siempre ha tardado y en algunos casos, no ha podido al menos reorganizarse. En este momento parece que está en ese punto. Hace poco lanzaron una nueva plataforma unitaria, conformada por diez partidos políticos, y tuvo muy poco eco. ¿Qué sucede ahí adentro?

-Por un lado, no existe autonomía financiera y sin ingresos propios, lamentablemente quien te da el dinero, también establecerá la agenda política o electoral, o los límites y extensiones de ese plan que supuestamente llevarás a cabo. Por otro lado, el Gobierno alimentó y formó a su propia clase empresarial y son pocos los líderes políticos que no forman parte del tejido de distribución y circulación del dinero de la corrupción, los ilegalismos y el erario nacional; su tarea es mantener económicamente a la burocracia política de la oposición, en casi todos sus niveles. Por último, la única política que al parecer saben hacer desde la oposición son marchas y elecciones. En la panoplia de la política activista y el mercadeo electoral siempre habrá más tareas que pegar afiches o hacer mítines con indignaciones esporádicas.

“El exilio, el hambre, la falta de empleo y el chantaje frente a una eventual vacunación masiva en Venezuela y sus nacionales son fichas en un juego de Stratego a gran escala”

-En ese mismo sentido, le pregunto por la sociedad venezolana. ¿Hemos aprendido algo? De a momentos, personalmente, puedo creer que sí. A muchos, dentro y fuera de Venezuela, leo y escucho estar de acuerdo con pagar servicios, que no nos lo regale el Estado, con trabajar para obtener las cosas, etc. Pero luego veo encuestas en las que, supuestamente, la gente votaría por Chávez si este estuviese vivo. ¿Qué puede decir al respecto?

-Siento que hemos salido de la adolescencia política para entrar en la temprana adultez. Pero el país, psicosocialmente hablando, enfrenta el dilema de comer o morir de hambre. El empleo está mediado, como mínimo, por relaciones de tres grados de separación de algún negocio del entorno del poder. Muchas de las opiniones de intención de voto deben darse en función de la propia supervivencia. Es difícil que digas que no eres oficialista cuando solo tienes frente a ti  prebendas de neo-esclavitud como el CLAP o el Sistema Patria;  muchas veces tu jefe o empleador es la mampara, el fronting, la fachada o el testaferro de un funcionario de medio o alto nivel.

-“La invasión consentida”, publicado por Penguin Random House Grupo Editorial, explica de manera clara y sumamente detallada la forma en la que Cuba invadió a Venezuela, sin echar un solo tiro. No lo logró Fidel Castro en más de una oportunidad, como aquel intento en Machurucuto, entonces ideó una forma mucho más inteligente y decididamente más efectiva, que completó con Chávez. ¿Qué opina sobre ello?

-La fórmula fue muy simple y se basaba en infiltrar pacientemente poderes, corromper a la juventud y generar opiniones entubadas. La obra de Agustín Blanco Muñoz lo revela. Desde 1998 el Semanario La Razón ha detallado con antelación cada movimiento de los planes del Gobierno, así como la corrupción opositora. El segmento que faltaba era el bloque del partido medinista que se alió con los medios de comunicación como RCTV y El Nacional. Ciertos opinadores públicos y universitarios se volvieron repetidores de monsergas; vivieron incluso la triste historia de ser intelectuales orgánicos de unos poderes, que al final los desecharían. Los llamados “notables” sirvieron de quinta columna a las fuerzas antidemocráticas y al golpismo teledirigido. Ser anti-adecos era su sentimiento y plan básico. El revanchismo no dejó nada bueno para el país y los venezolanos. Ya una vez instalados en el poder toman PDVSA, corrompen a empresarios con Cadivi; compran a la región con Petrocaribe; exportan la franquicia con el modelo de destrucción de los valores democráticos; desplazamiento de élites; alteración del orden público; creación de constituyente y posterior colonización del Estado. La propiedad privada y la libertad de expresión quedan entonces prácticamente suspendidas. Ese mecanismo se ha repetido en todo el Continente. Hasta en Chile y Estados Unidos vemos réplicas de acciones sociales y políticas en el mejor estilo anti Carlos Andrés Pérez del año 1989. No hay que ser un erudito para descubrir patrones racionales y replicados desde entonces. Estos modelos de aprendizaje son bidireccionales, por cierto; y así como Felipe González copió el estilo de Carlos Andrés Pérez y el Pacto de la Moncloa bebió del Pacto de Puntofijo en los años ‘70, actualmente Erdogan arma juegos y escapes hacia delante a la manera boliburguesa o tecnoburocrática o neo-corporativa criolla.

“El miedo nos hace aceptar cualquier autoridad sin chistar” (Foto: Henry Delgado).

-¿Qué pasa con la Fuerza Armada venezolana? Hoy están en un conflicto bélico de verdad en Apure. ¿Eso podría servir para despertar su “sentimiento patriótico”?, ¿o es muy inocente creer que puedan o al menos quieran quitarse el yugo de cubanos, rusos e incluso iraníes?

-Siento que estamos en un momento en donde el ruido comunicacional no nos permite ver que están aplicando a gran escala la táctica del que se adueña de un inmueble por la fuerza. Apure seguramente ha sido ofrecida como parte de pago a algún lobby internacional que retire o frene el alcance de las sanciones de EE.UU. o simplemente ya es un espacio cedido para la producción de arroz a China: un cuadrante agropecuario ultramarino del Partido Comunista chino. El Arco Minero es más importante que cualquier otro conjunto de rubros de exportación, en términos productivos y salvo prueba en contrario, ese negocio genera grandes ingresos para sectores prácticamente intocables dentro y fuera del país.

-Sobre el actuar de la comunidad internacional con respecto a Venezuela, ¿cuál es su apreciación?

-Hicieron lo posible mientras aquí la oposición diluida por Juan Guaidó se durmió en los laureles. Ahora que ya desmovilizaron y desmotivaron a los ciudadanos, poco pueden hacer. Entre el exilio, el hambre, la falta de empleo y el chantaje frente a una eventual vacunación masiva en Venezuela y sus nacionales son fichas en un juego de Stratego a gran escala. Estados Unidos insiste en el camino de las sanciones y Europa insiste en la agenda de defensa a los Derechos Humanos. En Europa (España) y Norteamérica (en especial Texas o los Demócratas) son grandes socios y aliados del socialismo del siglo XXI. Agreguemos otra alianza poco creíble en la opinión pública aborregada y que hoy salta a la luz: Capitalismo financiero y comunismo internacionalista se dan la mano en contra de lo que hemos entendido por balance de poder económico y financiero post Segunda Guerra Mundial. El yuan digital y las criptomonedas están a punto de darle la paliza de su vida al dólar estadounidense.

-Viendo los últimos resultados electorales en la región, a la espera de lo que ocurra en Perú, ¿le parece que el miedo de vivir lo que está viviendo Venezuela juega en contra de algunos candidatos?, ¿los millones de venezolanos en Ecuador, Perú, Colombia, etc., tienen el efecto que tanto creemos algunos?

-Los venezolanos tienen voz, pero no voto. Somos como la voz sensata que nos alertó en 1998, pero que no quisimos escuchar en casa. A pesar de que no todos están legales, debido a sus condiciones físicas y económicas disminuidas, esos migrantes venezolanos son el mejor ejemplo del arterismo social del comunismo; sus cuerpos golpeados y sus sueños rotos son el socialismo real en carne y hueso.

“El Arco Minero es más importante que cualquier otro conjunto de rubros de exportación, (…) genera grandes ingresos para sectores prácticamente intocables dentro y fuera del país”

-¿Por qué hay gobernantes y dirigentes de izquierda que todavía se anclan al chavismo?, ¿les deben algo? Lo pregunto principalmente porque, a priori, no parece una buena estrategia alinearse con alguien como Maduro, pero así lo hace Lula, Alberto Fernández guiado por Cristina Kirchner y el propio Luis Arce en Bolivia.

-Existen relaciones de apoyo mutuo que no pueden ser olvidadas. Lula es cohechura de Odebrecht y viceversa. Odebrecht no ha sido un gran issue político en Venezuela. De hecho, es el único país en donde los culpables están impunes. En el caso de Kirchner, desde la época del maletín de Antonini Wilson, ha servido como modelo y socio en temas de ocultamiento de trazabilidad financiera. La excusa discursiva interna es ideológica, y con aquello de las solidaridades del Foro de Sao Paulo, en la práctica no son más que asociaciones para el chantaje, el encubrimiento y la compra de voluntades. Eso es en el sur del Continente, pero también en las islas del Caribe existen lazos de solidaridad con pequeños países de la región. Petrocaribe hizo rica a su clase política; les desactivó problemas sociales, pero además siguen existiendo transacciones por operaciones, casi todas ellas supervisadas por los organismos de seguimiento a la corrupción financiera de Estados Unidos y Europa. Por otro lado, ciertos gestos de la izquierda boliviana parecieran tener un enfoque un poco más alineado con el terrorismo y la subversión clásica cubana o iraní. En conclusión, mientras haya dinero sobrarán excusas para el apoyo verbal y operativo.

-Quisiera, hablando ya de la comunidad internacional y el mundo en general, preguntarle sobre el avance antidemocrático en el mundo. ¿Es algo que efectivamente se está dando de forma generalizada?, ¿ha sido la pandemia una excusa perfecta para los gobernantes con tintes autoritarios para destruir libertades?

-Sí. El marketing del terror que se produjo antes de que la Covid-19 llegara a América habla por sí mismo. El miedo nos hace aceptar cualquier autoridad sin chistar. Luego de la pandemia, China sale fortalecida económicamente y el virus destruye las capacidades económicas de Europa central; golpea el PIB de países antes medianamente solventes; apuntala parte de la crisis para el fracaso de la administración Trump, y le da a países como el nuestro nuevas excusas para el confinamiento, la amenaza y en especial frena las libertades de reunión o manifestación. Toda una argumentación digna de la vieja Alemania Oriental, de la actual Corea del Norte, o de la propia China rampante y expansiva. Algunos países, hasta el momento parecen mantener sus defensas democráticas altas, pensemos en Israel, Australia, Polonia o Nueva Zelanda, los cuales vienen a ser la excepción en el mundo.

-El profesor de la Universidad de Harvard Steven Levitsky, mencionó que “ahora que la democracia se muere a través de gobiernos electos, es muy importante poder identificar a los autoritarios potenciales antes de que sean elegidos”. Lo que sucede es que a veces se identifica ese autoritarismo de algunos dirigentes e igual las sociedades votan por ellos. ¿Qué opina al respecto?

-Reza el dicho popular: “Si parece es”. Si habla, se mueve, se viste, escribe y actúa como populista; entonces es un populista. En Venezuela los medios de comunicación y los ciudadanos crearon su propia construcción social de la realidad: Se imaginaron al candidato Chávez que menos miedo les daba. En plenas elecciones de 1998 para unos era un adeco del año 1948, para otros era un nuevo Pérez Jiménez o un medinista, para otros era un nuevo Fidel Castro. Al fin y al cabo fue un poco de todo eso y más. Nadie aprende en cabeza ajena y nunca escuchamos las advertencias de cubanos, checos, polacos y argentinos. Respondíamos con el displicente: “No, no creo”. Ahora que el mundo ha recibido sus distintas dosis del modelo del Socialismo del Siglo XXI (foro paulista o neo-comunista) se explican ex post facto los métodos de acceder y mantenerse en el poder; el punto es que ya el daño está hecho. La democracia debe ser más republicana y debe defenderse de los virus del autoritarismo, que inevitablemente conducirán a las sociedades del primer mundo a un totalitarismo hiper-tecnólogico y a las sociedades de los otros mundos a tiranías más rupestres, pero, no por eso menos efectivas.

*Politólogo, @WalterVMG
*Las fotografías son cortesía de Joaquín Ortega, y fueron dadas por el autor Walter Molina al editor de La Gran Aldea.

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