En la aldea
19 abril 2024

Las preguntas y desafíos del “Acuerdo de Salvación Nacional”

¿Tiene el chavismo la voluntad de asumir una negociación que eventualmente pondría en riesgo su continuidad en el poder? La respuesta ha sido ofrecer ciertas concesiones que no lo amenacen y ensayar algún tipo de convivencia. Del otro lado del tablero, Juan Guaidó y la Plataforma Unitaria se esfuerzan por aumentar la movilización interna y externa a favor del “Acuerdo de Salvación Nacional”, argumentando que existen distintos factores que harían posible el éxito de la negociación. ¿El peor escenario? Que se presente una oposición fracturada, una sociedad aletargada y una comunidad internacional dudosa. Mientras, Maduro puede seguir resistiendo como lo ha hecho hasta hora, y en condiciones más adversas.

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Pedro Pablo Peñaloza | 21 julio 2021

Antes de la última arremetida contra la disidencia, la pregunta ya estaba en el aire: ¿Tiene la oposición la capacidad de forzar al chavismo a aceptar una negociación como la que pretende el llamado “Acuerdo de Salvación Nacional”? La propuesta de Juan Guaidó es ambiciosa y plantea varios retos:

1. Guaidó impulsa una negociación “formal”, donde las delegaciones se “reconocen” mutuamente. Maduro no solo ha buscado anular a Guaidó y la Plataforma Unitaria, sino que intenta crear espacios de “negociación” con otros sectores de la oposición.

Entonces, surge la pregunta: ¿Nicolás Maduro reconocerá como principal interlocutor de la oposición a Guaidó y la Plataforma Unitaria, dejando a un lado todo el empeño que ha puesto en liquidar al liderazgo de la oposición? Su primera reacción ha sido mantener su discurso de las “oposiciones” y montar un show en Miraflores.

2. La negociación “formal” incluye mediación y acompañamiento internacional, lo que demanda asumir compromisos. En contraste, parece que Maduro ya avanza en la “negociación” de su preferencia: no se “sienta” formalmente y ofrece algunas concesiones como los rectores del Consejo Nacional Electoral (CNE) y la devolución de la tarjeta de la Unidad.

Mientras, el chavismo sigue moviendo sus fichas para que la unidad opositora se termine de romper y se abra otro frente en la comunidad internacional, apostando por posiciones como las ya expuestas por el gobierno de España y Josep Borrell, alto representante de la Unión Europea (UE) para Asuntos Exteriores.

3. La instalación de la negociación defendida por Guaidó y la Plataforma Unitaria convertiría a ese proceso en el centro de la política venezolana y quizás hasta de América Latina. ¿Maduro quiere darle esa relevancia, ahora que trata de fijar el protagonismo de su Parlamento y las regionales?

“La presión internacional es clave y ya Estados Unidos ratificó que apoya una negociación ‘integral’, y que en esa mesa se sentará al lado de Guaidó”

4. La presión internacional es clave y ya Estados Unidos ratificó que apoya una negociación “integral”, y que en esa mesa se sentará al lado de Guaidó. Otra pregunta: la administración Biden puede mantener las medidas aplicadas por Trump, pero ¿estaría dispuesta a aumentar la presión?

5. Un elemento clave a tomar en cuenta es que el “Acuerdo de Salvación Nacional” busca allanar el camino hacia la transición democrática. No obliga a la renuncia de Maduro ni garantiza automáticamente su salida de Miraflores, pero sí tiene como fin despejar los obstáculos que hoy bloquean la posibilidad de un cambio.

¿Tiene el chavismo la voluntad de asumir una negociación que eventualmente pondría en riesgo su continuidad en el poder? Ahora parece más ganado a la idea de ofrecer ciertas concesiones que no lo amenacen y ensayar algún tipo de convivencia.

“El líder chavista impone precondiciones imposibles de cumplir y arrecia la persecución, incrementando la presión sobre Guaidó y la Plataforma Unitaria”

6. La “narrativa” que acompaña al “Acuerdo de Salvación Nacional” presenta a un Maduro prácticamente disminuido o en retroceso, que se ve obligado a ceder para no caer. Su respuesta, con acciones y hechos, trata de borrar esa imagen y dejar claro que es él quien manda.

Así, el líder chavista impone precondiciones imposibles de cumplir y arrecia la persecución, incrementando la presión sobre Guaidó y la Plataforma Unitaria. En paralelo, minimiza la negociación formal, señala que se entiende con otros actores de la oposición y sigue en campaña por las regionales.

Por último: Guaidó y la Plataforma Unitaria se esfuerzan por aumentar la movilización interna y externa a favor del “Acuerdo de Salvación Nacional”, y argumentan que existen distintos factores que harían posible el éxito de la negociación. Sin embargo, el chavismo también juega sus cartas.

En el escenario de que se presente una oposición fracturada, una sociedad aletargada y una comunidad internacional dubitativa, Maduro puede seguir resistiendo como lo ha hecho y en condiciones más adversas.

Todo lo dicho no descarta que se instale la negociación y dé resultados. Pero sí subraya que alcanzar ese “Acuerdo de Salvación Nacional” requerirá una lucha muy compleja, a la que deben sumarse muchos elementos. Porque como ya se sabe: a Maduro le encanta hablar, lo que no quiere es negociar, asumir compromisos y enfrentar el riesgo de perder el poder.

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La opinión emitida en este espacio refleja únicamente la de su autor y no compromete la línea editorial de La Gran Aldea.
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